07 diciembre, 2009

Noche de lluvia y frío invierno adelantado, los faros de los coches iluminan el pavimento mojado. Aquí, adentro, hace frío. Mi mano izquierda reposa entre mis piernas intentando buscar calor.
Sintonizo la radio.
Suena un jazz.
Piso el acelerador.

De pronto me encuentro tan triste, -es increíble como un pinche Jazz puede sacudirte los sentidos-. Tan fuerte como tu recuerdo en mis entrañas botándome el ombligo, tan suave como labios tibios en una nariz fría. Tan amargo como un corazón roto tiritando, tan dulce como escuchar tu voz y maldecir en silencio.

Casi llego a mi destino, no quiero. Las lágrimas corrieron el tiempo justo para terminar anidadas en la bufanda verde amarrada en mi cuello. Disminuyo la velocidad y recorro tres veces la misma calle esperando dejar la tristeza en una esquina.

De mi puño y letra escribo mi nombre en la frente, me miro en el espejo y me prometo no olvidarme nunca más.

Me quedo porque quiero, no porque no me quede de otra.
Aún creo en eso que llaman amor.

5 comentarios:

Yeca dijo...

me gusto mucho lo q scribist, un truene en fin de año es como mil veces mas doloroso, por eso t entiendo y m identifico contigo.

me gusto tu blog, escribes muy lindo.

saludos ;)

Atte: Jessi

Alas rotas dijo...

Nunca te olvides, y si lo haces aquí estoy yo para recordarte una y mil veces...

te quiero, distancia adentro.

Alas rotas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alas rotas dijo...

Nunca te olvides, y si lo haces aquí estoy yo para recordarte una y mil veces...

te quiero, distancia adentro.

Alas rotas dijo...

Algo pasó con mis mensajes, se repitieron muchas veces sorry