Cuando sintió el aliento de la costumbre devastarle la boca decidió platicar con el lunar en el centro de su pecho;
–te voy a comer-
Se lo dijo por si no lo había oído suficiente, por las veces en que lo había dudado y porque era cierto.
De pronto se le enciman todas las fantasías escritas, bebe té de manzanilla y respira en su sexo, come un pedazo de carne tibio y bebe el jugo que resulta.
Toca el timbre con su lengua, el vientre se contrae, araña sus cabellos y saliva quejidos largos y pausados.
He muerto.
2 comentarios:
Dios mio que pragma :o
realmente me intrigó el hecho de no saber que sensación sentir.
thanks ;)
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