27 mayo, 2008

Cuando sintió el aliento de la costumbre devastarle la boca decidió platicar con el lunar en el centro de su pecho;
–te voy a comer-
Se lo dijo por si no lo había oído suficiente, por las veces en que lo había dudado y porque era cierto.


De pronto se le enciman todas las fantasías escritas, bebe té de manzanilla y respira en su sexo, come un pedazo de carne tibio y bebe el jugo que resulta.
Toca el timbre con su lengua, el vientre se contrae, araña sus cabellos y saliva quejidos largos y pausados.








He muerto.

2 comentarios:

EmiliTus dijo...

Dios mio que pragma :o

realmente me intrigó el hecho de no saber que sensación sentir.

gLeN dijo...

thanks ;)